domingo, 26 de mayo de 2013

Crítica "Gran Torino" Clint Eastwood

GRAN TORINO


TITULO: Gran Torino
AÑO: 2008
DURACIÓN: 119min
PAÍS: EE.UU
DIRECTOR: Clint Eastwood
GUIÓN: Nick Schenk
MÚSICA: Kyle Eastwood, Michael Stevens
FOTOGRAFÍA: Tom Stern
REPARTO: Clint Eastwood, Christopher Carley, Bee vang, Ahney Her, John Carroll, Lynch, Cory Hardrict, Brian Haley, Geraldine Hughes, Dreama Walker, Brian Howe, Doua Moua, Sarah Neubauer, Chee Thao
GÉNERO: Drama, racismo




“UNA CLASE MAGISTRAL DE VALORES”

            Tras un proyecto de la grandeza de “El intercambio”, Clint Eastwood rompe con su promesa de no volverse a colocar delante de las cámaras. Pero en este caso, parece que el personaje escrito por Nick Schenk no podía interpretarlo otro de la misma manera y tan fiel al estilo del personaje como lo ha sido el director de la obra.
            Si bien la ya citada obra “El intercambio” destaca por su grandeza, “Gran Torino” lo hace por su sencillez, que se convierte en la mejor característica de la obra para acercarse más al espectador y transmitirle los valores que pretende Nick Schenk desde su guión.

            Clint Eastwood abandona los dos géneros que le proporcionaron un lugar en el cine, como son el western y el thriller, convirtiéndose el personaje de Walt Kowalski en acto metalingüístico de repaso a todos los personajes a los que Clint Eastwood ha dado vida.

Walt Kowalski, personaje al que da vida el actor/director Clint Eastwood, es un veterano de la guerra de Corea (1950-1953). Obrero jubilado del sector del automóvil. La historia comienza cuando Walt queda viudo. Durante la misa fúnebre de la esposa, se nos presenta la extraña relación que Walt posee con su hijo y con su nieta. Una relación que bien podría pasar por la misma que la de dos familias desconocidas. Un hijo que no se preocupa apenas por su padre, y un padre que no sabe nada de la vida de su hijo y de su nieta.  Una relación que se ha ido enfriando con el tiempo y que parece estar condenada a desaparecer tras la muerte de la esposa de Walt.



Con este conflicto se nos presenta la importancia del valor familiar y de cómo la dejadez puede acabar por convertir a padre e hijo en dos desconocidos que se encuentran en el funeral de la que ha sido la mujer más importante de sus vidas, según la describe Kowalski.

El gran Torino del 72 se convierte en el elemento central de la película, convirtiéndose en vehículo que conduce a tratar temas como el cambio de época, el respeto, la amistad, la familia, etc. El gran Torino es el único contacto que a kowalski le queda con aquellos tiempos en los que su personaje está estancado

Walt Kowalski es un viejo gruñón al que le cuesta trabajo asimilar todos los cambios que se están produciendo a su alrededor, especialmente la llegada de inmigrantes asiáticos a su barrio. Una familia de Hmong, vecino de Kowalski, se ven sumergidos en un problema cuando una banda callejera asiática intenta que Thao, el menor de la familia Hmong, para cumplir con su “ceremonia de bautizo”, que no es más que la aceptación del joven a la banda, robe a su vecino el gran Torino del 72, lo que se convierte en un fracaso cuando el señor Kowalski sorprende al joven inocente en su garaje intentando robarlo.

Las bandas callejeras se convierten en el epicentro de todos los problemas a los que se enfrenta Kowalski durante el filme. Se nos presenta una segunda banda callejera, de negros del barrio, que intentan imponerse sobre la hermana de Thao. Kowalski no soporta las injusticias y ayuda a la hermana de Thao a librarse de estos negros. La hija de los Hmong a partir de éste momento regala al señor Kowalski todo el cariño que sus hijos no le dan.

El valor de la tradición familiar y del respeto y agradecimiento se muestran a partir de este momento en el que Kowalski ayuda a la hija de los Hmong, acercándose casi diariamente éstos a la puerta del señor Kowalski a dejarle grandes banquetes de comida y flores.



Kowalski es invitado por la hija de los Hmong a una reunión familiar, en la que el chamán de la familia hacer a Kowalski replantearse su vida, su existencia, mostrándole todos sus demonios. Kowalski no vive en paz por todas las atrocidades que cometió en Corea.

Es entonces cuando la familia de los Hmong pone a disposición del señor Kowalski a su hijo Thao durante dos semanas para que trabaje para él y así estar en paz por el incidente del intento de robo del Gran Torino. Al principio, Kowalskii se niega, pero acaba comprendiendo la importancia de la tradición para la familia de los Hmong y accede . Es aquí cuando comienza la relación de Kowalski con Thao. Una relación de amistad verdadera, cuasi de padre e hijo, en la que Kowalski enseña a Thao todos los valores que para él son importantes. Mediante esta amistad, Kowalski se enfrenta a sus miedos e intenta remendar de alguna manera sus actos. Esta relación les unirá cada vez más hasta llegar al nivel de confianza que sólo las grandes amistades poseen. Mediante esta relación, Clint Eastwood explica la importancia de la amistad y de la confianza.



Una figura importante en el film es la del Pater, personaje con el que Kowalski mantiene un dilema desde el fallecimiento de su esposa, cuando el Pater persigue a Walt a todos lados, intentando cuidar de el, como le prometió a su difunta esposa, y que se resuelve al final de la obra.

 Walt Kowalski se enfrenta a la banda asiática en defensa de Thao, al que persiguen y discriminan por no entrar en la banda, usando la violencia y el desprecio como arma principal. La banda asiática, como respuesta a la llamada de atención de Walt, capturan y violan a la hija de los Hmong, lo que supone una responsabilidad para Walt, y por la que está dispuesto a reaccionar, porque no permitirá vivir con eso, atormentándole la conciencia como ya lo hacen las atrocidades que cometió en Corea.

El señor Kowalski se confiesa antes de tomarse la justicia por su mano, y lo hace dos veces, una falsa ante el Pater,  y otra verdadera ante su amigo Thao, al que deja encerrado para que no cometa ningún error.



Walt Kowalsi sacrifica su vida para hacer justicia ante el hecho tan atroz que la banda ha cometido, pero también para poder estar en paz con el mismo. El personaje al que da vida Clint Eastwood fallece, y el público ha aceptado esto de buena mano, ya que en obras anteriores como “El seductor” y “El aventurero de medianoche” con final idéntico, habían fracasado.

El filme abre y cierra con un funeral, al comienzo el de la esposa de Kowalski, y al final, el del propio Walt Kowalski, resolviendo así el dilema que mantenía con el Pater sobre la vida y la muerte.


Gran Torino, sin duda, es un ejemplo de valores morales, donde la importancia de la familia y de la amistad juegan un papel muy importante. Clint Eastwood continua creciendo cinematográficamente y esperemos que nos sorprenda con muchos más títulos como éste, cargados de temas tan sugeridos en la actualidad y tan importantes para uno mismo.


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