LA CLASE
TÍTULO ORIGINAL: Entre
les murs
AÑO: 2008
DURACIÓN:128 min
PAÍS: Francia
DIRECTOR: Laurent Cantet
GUIÓN: François Bégaudeau, Robin Campillo, Laurent Canten
FOTOGRAFÍA: Pierre Milon
REPARTO: François Bégaudeau, Nassim Amrabt, Laura Baquela,
Cherif Bounaïdja Rachedi, Juliette Demaille
GÉNERO: Drama, enseñanza, adolescencia
“LA LUCHA POR LA EDUCACIÓN”
La clase es una película inspirada en la novela “Entre les murs”,
de François Bégaudeau, que a su vez es protagonista de este film, que describe
el desarrollo de un año escolar en un aula donde distintos adolescentes
conviven con sus profesores diariamente, centrándose en su relación con el
profesor al que “interpreta” François Bégaudeau, y lo marcamos entre comillas
porque éste es profesor en la vida real, de hecho, la mayoría de experiencias
que ocurren en su novela y que vemos reflejadas en la película, ocurrieron en
la vida real, se trata de experiencias reales de François en su experiencia
como profesor. Aunque alguna que otra escena añadida de la película no sucedió
en la realidad, como por ejemplo la de la agresión que protagoniza uno de los
alumnos.
François Bégaudeau, aparte de su
vida activa como profesor, dedica su tiempo a la escritura, ha publicado varias
novelas y ejerce la crítica cinematográfica en Cahiers du cinema. Su novela “Entre les murs”, que inspira la
película, es su tercera novela, publicada en 2006 y premiada con el Prix France
Culture.
La película
ante todo es la crónica del día a día en una clase, un grupo de adolescentes de
entre 14 y 15 años que trabajan entre cuatro paredes durante un años escolar,
mezclando tanto momentos de gracia como de mezquindad. Su profesor de lengua,
al que da vida François, intenta hacerles partícipes a todos, sin realzar a
unos y menospreciar a otros, procurando sacar lo mejor de cada uno de sus
alumnos y luchando por conseguir un ambiente de estudio divertido e
inteligente.
Laurent Cantet, el director del film, es hijo
de profesores de instituto, y ya desde sus primeros cortometrajes analizaba
temas de gran profundidad social como la lucha de clases o los conflictos
familiares.
Los
adolescentes que dan vida al alumnado de la clase de François, también son
estudiantes de instituto en la vida real. Un grupo de adolescentes a los que
Lauent Cantet fichó y tras un año de ensayos y preparativos comenzó a rodar.
Jóvenes de origen Subsahariano, chino, francés y magrebí que trabajaron en un
taller de arte dramático junto a sus profesores y padres durante la preparación
de la película, ganadora de la Palma de Oro en el festival de Cannes.
El film se
acerca mucho al estilo documental, tanto en la narrativa como en la técnica, y
quizás sea reflejo de la naturalidad que aportan las escenas y los propias
actores, al ejercer sus roles tal y como lo hacen en la vida real, y es que las
fronteras entre la ficción y la realidad están cada vez menos claras. El cine
con su empeño de acercarse a la realidad formula mediante historias construidas
con imágenes, una serie de preguntas que se plantea la sociedad, sin intención
de dar respuesta, sino de acercar los temas a la sociedad y hacer a los
espectadores participes de discusiones actuales sobre diferentes problemas sociales
actuales que suceden en la vida real.
La
diversidad cultural que presenta una clase como la del filme, hace a los
alumnos ser personas más abiertas y tolerantes ante el problema del racismo,
sin embargo, esta convivencia de adolescentes de distintas nacionalidades en
los institutos puede derivar en problemas de entendimiento de otras culturas y
costumbres. Este tipo de malentendidos culturales se viven en la mayoría de las
escenas de la película, actuando François como mediador, haciendo entender a
los alumnos que el entendimiento debe ser mutuo para no llegar a situaciones
conflictivas.
El reparto
artístico que Laurent Cantet no ha podido ser mas acertado, pues queriendo
realizar un producto de ficción que se acerque y plantee situaciones que se dan
en la vida real, quien mejor que los propios alumnos y profesores que viven
estas situaciones día a día. Aunque la etapa de la adolescencia en general es
difícil, supongo que usarla en el cine debe ser aún más difícil, y más aún
cuando se trata de un alumno al que le dicen que en su instituto se va a rodar
una película y que quieren que sean ellos mismo los actores, y no ha sido por
vocación propia, pero creo que no ha podido dar mejor resultado. El año de
preparación que Laurent ha tenido por delante con estos alumnos a conseguido
sacar la mejor faceta interpretativa de ellos sin perder esa naturalidad que se
puede a veces palpar en el filme.
Lo mismo
ocurre con François Bégaudeau, un profesor en la vida real, el cual durante el
rodaje del film toma a esos inexpertos actores como sus alumnos reales, a los
que transmite su filosofía del aprendizaje, nadie es mejor que el que está a su
lado, cada uno tiene un don para algo, y el camino para encontrar eso que se
nos da bien es el aprendizaje y la educación.
Todo esto
hace que el filme goce de esa frescura y naturalidad de la que hablábamos al
comienzo de esta crítica, y que proviene de las actuaciones de estos actores amateurs,
que nos transportan al interior del aula con ellos, haciendo partícipe al
espectador de esa crónica, de tal manera, que a la mitad de la película
pareciera que son compañeros nuestros de clase, y François nuestro profesor más
apreciado.
Los
aspectos técnicos aportan a la película gran parte de esta característica
documental que posee. Una iluminación neutra, sin grandes contrastes ni
diferencias tonales, predominando el blanco. La iluminación de las clases
reales de instituto en el interior de las aulas suele ser una luz blanca,
procedente de los tubos fluorescentes, que dan neutralidad a un espacio,
iluminando todo por igual sin resaltar unas zonas más que otras; pues así es en
la película, un cuadro de luz que se asemeja bastante a esta luz neutra de las
aulas reales, y que es un factor importante que ayuda a trasladarnos al
interior del aula, transmitiéndonos realidad y naturalidad. Sin embargo,
existen un par de escenas en las que la iluminación es un poco diferente,
cambiando la tonalidad para justificar la luz de un atardecer, como por ejemplo
cuando François se reúnen con los padres para evaluar el comportamiento de sus
hijos; o cuando se dan las reuniones entre profesores, también predomina una
luz más cálida. En definitiva, la película no destaca por su fotografía, pero
es un aspecto justificado que aporta la realidad que el director buscaba.
A lo largo
del filme apreciamos constantemente el uso de la elipsis. Un uso más que
justificado para poder resumir un curso escolar completo, sin embargo estos
saltos de tiempo están organizados y no rompen en ningún momento con la
continuidad de la película y con su narrativa.
Una
desventaja, que afecta a la mayoría de las películas de habla no española y que en esta hace gran mella, es el doblaje.
Para los que hemos visto la película doblada al español, enseguida nos damos
cuenta de lo mucho que pierde tanto en intencionalidad, como en la esencia del
filme. Esto resta bastante naturalidad y frescura de la que hablábamos antes.
Sin embargo esto solo ocurrirá en los países donde aún se doblen las películas.
La clase es un filme que hay que visionar en versión original para que podamos
percibir por completo esa intención documental que Laurent quiere
transmitirnos.
Tres
personajes adolescentes destacan con su actitud de todos los demás que componen
la clase. Suleymane, un adolescente que se esconde en sí mismo, creándose una
coraza contra todos los demás, siempre toma una actitud defensiva y que no le
gusta relacionarse. Es un personaje que tiene una evolución ascendente en la
película, pareciendo al comienzo uno más entre los adolescentes, convirtiéndose
a medida que avanza la película en el centro de la historia familiar que se
presenta. Hacia el final del filme,
Suleymane protagoniza una escena por la que es expulsado y, tal vez, deba
regresar sin desearlo a su país de origen, Malí. Suleymane representa como
influyen las dificultades familiares en el aprendizaje y la educación de un
adolescente en el instituto.
Otro personaje importante es el
chico que llega a mitad de curso, el cual personifica las dificultades de
adaptación, por diferencia cultural y por mantener ideas, hábitos y costumbres
diferentes. Dichas diferencias provocan el conflicto con Suleymanede en un
momento del filme.
El tercer adolescente es la chica
que se acerca a final de curso a François y le dice que no ha aprendido nada y
que no quiere estudiar. Ésta adolescente puede generar varias opiniones. Por un
lado, puede parecer la adolescente que no tiene interés en seguir estudiando,
no le encuentra sentido al aprendizaje y no le encuentra utilidad a todo lo que
en el instituto se aprende. Por otro lado, esta adolescente puede seguir en la
línea de representar como afectan los problemas familiares a la educación de
los adolescentes. Puede entenderse, por la gesticulación y la expresión de la
adolescente, que lo que dice va en contra de su voluntad, es decir, que en su
familia pudiera pretender cesar los estudios de su hija para que ésta se ponga
a trabajar, por lo que la convencen de lo que tiene que decir a su profesor
para que no se asombre cuando deje el instituto para ponerse a trabajar.
La clase es una lucha entre los muros
del lenguaje institucional y del lenguaje inmaduro de los jóvenes. Ambos están
hechos de costumbrismos y ésta crónica nos enseña que sólo mediante el diálogo
y el entendimiento y respeto entre ambos muros del lenguaje, se consigue
transmitir de una manera inteligente y eficaz los conocimientos de un profesor
a un grupo de adolescentes que se encuentran perdidos en una de las etapas más
cruciales de la vida.
Ésta película también nos muestra la lucha de un
profesor por la educación de sus alumno, cuando el resto de profesores parece
tener asuntos más importantes que la educación de sus alumnos, como en una
escena concreta del filme, donde se encuentran reunidos los profesores evaluando
la actitud de cada alumno, y de repente el precio de la maquina del café de la
sala de profesores se vuelve más importante y tiene más prioridad ante la solución,
que la propia educación de los alumnos. Esto es un tema que puede asustar y
parecer arrogante por parte de un profesor, pero la realidad es así. Sin
embargo, François no deja en ningún momento de luchar por que sus alumnos
aprendan, ya que quiere lo mejor para ellos, que será también lo mejor para él.
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