miércoles, 19 de junio de 2013

Crítica del cortometraje "FIN"

DIRECCIÓN: Gabriela Martí
AÑO: 1998
GUION: Leeorah Betan, Patrick Burns
FOTOGRAFÍA: Edward Mattson
MÚSICA: Jesse Selengut, Branden Cox, Emily Fairey, Noah Hoffeld
DURACIÓN: 8 min.
REPARTO: Jennifer Jones, Marilyn Lucchi, Amy Whitehouse, David Porras


FRIALDAD Y VALOR

Fin nos sitúa en el último día de vida de una anciana que reside en un centro de mayores. La peculiaridad de éste cortometraje es el sentido retrospectivo de narrar las últimas vivencias de la protagonista, comenzando desde su final, y que nos va mostrando poco a poco el por qué de su muerte. Una hija que recoge a su madre por la mañana para sacarla a pasear y pasar los últimos momentos con ella. Ya en el parque, se dispone a darle el almuerzo a su madre, en el cual vierte una sustancia que nos revela la causa de la muerte. Éste gesto nos plantea un acercamiento al interminable debate de la eutanasia. Una anciana que se encuentra muerta en vida, pasa los días encerrada en su habitación, con extremada delgadez y aparentes problemas de salud que se reflejan en su rostro, ni siquiera parece reconocer a su hija en todo el cortometraje. ¿Está siendo salvada por su hija o condenada?

Todo esto observado por la mirada inocente de una inocente niña en el parque, el contrapunto a la vejez, las distintas etapas de la vida se relacionan en un parque con un tono verde que parece resaltar la esperanza que han perdido la madre y la hija.

Los tonos blanco y negro, presentes en el inicio y el final del cortometraje, reflejan el estado de la anciana y transmiten de una manera muy sutil cómo son los sentimientos de éste personaje, muerto al comienzo del cortometraje, y aún con vida al final de éste.


Sin lugar a dudas, una propuesta muy sugerente que nos plantea el debate entre la vida y la muerte de una manera y punto de vista diferente.


domingo, 16 de junio de 2013

Crítica El Resplandor

EL RESPLANDOR


Título original: The Shining
Año: 1980
Duración: 146 min.
País: EE.UU
Director: Stanley Kubrick
Guión: Stanley Kubrick & Diane Johnson (Novela: Stephen King)
Música: Rachel Elkind & Wendy Carlos
Fotografía: John Alcott
Reparto: Jack Nicholson, Shelley Duvall, Danny Lloyd, Scatman Crothers, Barry Nelson, Philip Stone, Joe Turkel, Lia Beldam, Billie Gibson, Barry Dennen, David Baxt, Manning Redwood, Lisa Burns, Louise Burns, Alison Coleridge, Norman Gay.
Productora: Warnes Bros Pictures/ Hawk Films/ Peregrine
Género: Terror/ sobrenatural/ drama psicológico




LOS FANTASMAS DE KUBRICK


Cuatro años fueron los que separaron las producciones La naranja mecánica (1971) y Barry Lyndon (1975, ambas de Stanley Kubrick). Tras su última producción, el director se demora cinco años más para llevar al cine su obra de culto The Shining, adaptación de la novela homónima de Stephen King, un escritor de terror a quién el éxito ya había sonreído después de la adaptación de Carrie a la pantalla.





Stanley buscaba un tema cercano al género de terror, concretamente  a los seres que regresan del más allá. Se interesó por la novela The Shadow Knows, de la que luego fuera su coguionista Diane Johnson.

Tras encontrar la novela perfecta, el director artístico Ray Walker se pasó durante meses fotografiando lugares que inspiraran a la creación de los decorados por toda América. Tras la elección de la actriz principal, Shelley Duval, y la finalización del guión, Stanley empleó doce meses en preparar los decorados de la película.

Se trata de una obra que tiene muchos análisis diferentes, tantas lecturas como espectadores tiene. La multitud de temas almacenados en ella hacen de la película una pieza difícil de analizar.

Stanley uso el discurso cinematográfico y las ventajas que le permitían las imágenes para lanzar mensajes subliminales al espectador. Sobre éste tema se ha especulado mucho, pero nada se puede afirmar, ya que Kubrick desveló algunas pistas, pero se llevó a la tumba las verdaderas referencias que hacía su obra.

En el documental Room 237 (2012, Rodney Ascher) se desvelan algunas de las claves y de las conclusiones a las que los críticos y analizadores de la obra han llegado. Stanley Kubrick acudió a publicistas especializados en publicidad subliminal para que le enseñaran la técnica de construcción de éste tipo de mensajes prohibidos.

Las conclusiones más importantes a las que llegan los análisis sobre la película hacen referencia al interés de Kubrick por tratar de manera subliminal temas como el holocausto nazi en 1942, el holocausto indígena de América, o el supuesto alunizaje del Apolo 11 el 20 de julio de 1969, y su vinculación con Stanley Kubrick como responsable del rodaje de ésta llegada al planeta lunar. Muchas más son las interpretaciones que los espectadores hacen de la película, pero nada está perfectamente constatado por responsables de la realización de la obra cinematográfica, sin embargo, los temas que hemos citado anteriormente son los más destacados y evidentes en las imágenes que Kubrick nos muestra. Éstos temas se materializan en distintos símbolos de la película relacionados entre sí, como por ejemplo la utilización estratégica de los números, o los elementos que quedan en un segundo plano en los decorados o los colores y las formas, que también toman un papel relevante en la interpretación de los símbolos.

El director elevó el cine de terror a convenciones de géneros codificados a los que otorgó intelectualidad como nunca antes se había visto en el cine norteamericano. Para los admiradores de la novela original, la película destrozó la esencia original de la obra literaria, debido a modificaciones que el cineasta neoyorquino introdujo en su guión, alterando el sentido fantástico que poseía el libro. El alcoholismo de Jack Torrance y la sensibilidad extrasensorial del pequeño Danny si coinciden tanto en la novela como en la película.



El cineasta huye de las convenciones del cine de terror rodando la mayoría de las escenas más terroríficas a plena luz del día, o en decorados perfectamente iluminados. Su escepticismo acerca de los temas sobrenaturales quedan latentes en la puesta en escena. La fuerza del más allá se manifiesta como producto de la mente de Jack y su problema con el alcohol y su locura, o los fantasmas de Danny, fomentados por sus fantasías infantiles.

En la versión de Stephen King, se describe el proceso que conduce a una familia residente en un hotel durante el invierno, aislados por la nieve, a darse cuenta de que entre los muros del lujoso hotel se manifiestan los diabólicos espíritus de los antiguos inquilinos del mismo.
Sin embargo, en la versión de Stanley Kubrick, nos muestra la crisis de un matrimonio, el proceso de transformación paranoica de Jack, por el cual ve o cree ver a los fantasmas del hotel Overlook, y éstos le conducirán a intentar asesinar a Wendy y a su hijo Danny para quedarse eternamente en ese lugar.

La Warner y el cineasta ya habían elegido a Jack Nicholson para este proyecto, les habían gustado mucho sus interpretaciones en Alguien voló sobre el nido del cuco (1975, Milos Forman) y Chinatown (1974, Roman Polanski), aunque otros grandes nombre como Robert De Niro o Harrison Ford también recibieron una copia del guión.



El papel de Danny Torrance, el pequeño Danny Lloyd, elegido entre varios miles de candidatos, y la actriz Shelley Duval ya había sido elegida para encarnar a la protagonista junto a Jack Nicholson.

 Algunas anécdotas dejan entrever los métodos del cineasta para sacar lo mejor de sus actores, como el maltrato psicológico que usó con insultos hacia la actriz principal durante todo el rodaje para ayudar a moldear su personaje, llegando ésta a comportarse de manera insegura y temerosa, o la repetición casi 60 veces de la escena de las escaleras en la que Jack persigue a Wendy, a fin de plasmar en Jack Nicholson el verdadero agotamiento en forma de locura o ira. Todos estos métodos tan poco ortodoxos consiguen la verdadera intención del director, una interpretación magnífica de los actores principales, sobre todo de Jack, llegando a encarnar el estado de locura del personaje de una manera tan real que su cara y sus frases han trascendido en la historia del cine de terror.





Stanley Kubrick refleja en el personaje de Jack Torrance sus propios fantasmas, como su problema con el alcohol, su adicción a la cocaína, la separación de una familia a causa de sus malas costumbres, su supuesta colaboración en el alunizaje del Apolo 11, etc.

Para la escritura del guión, el cineasta junto a Diane Johnson leyeron trabajos de Sigmund Freud y Bruno Bettelheim para preparar la naturaleza psicológica de la película, así como las numerosas referencias a los cuentos infantiles para incrementar la perversidad del relato.

El rodaje se inició el 2 de mayo de 1978. Se habían previsto 17 semanas de rodaje, que se prolongaron a 27. Técnicamente, la película cuenta con grandes planos arriesgados y poco convencionales para la época. Cabe destacar que el director contó con la steadycam, inventada por Garret Brown, al que Kubrick contrató para manejarla, y con la que consiguió planos de seguimiento limpios de vibraciones, como los de Danny con su triciclo por los pasillos del hotel Overlook, o los de la persecución de Jack a su hijo Danny en el laberinto. Los planos aéreos de apertura del film también son muy sugerentes, aunque se detectan algunos errores, como la sombra del helicóptero proyectada en el plano.



La banda sonora consigue coordinar con la imagen y la narrativa para provocar en el espectador la tensión que busca el director con relativa facilidad. Stanley Kubrick decidió encargarse él mismo de elegir las voces de doblaje en todos los idiomas, haciendo así uso de su obsesivo  perfeccionismo, En España, el doblaje fue dirigido por el cineasta Carlos Saura, quien recibió malas críticas al estreno de la película.

La secuencia temporal y espacial que plantea el film propone una estructura similar a Lolita (1.962). Unos rótulos dividen el film en diversas partes que en un principio son oportunas. “La entrevista” y “Día de cierre”; tras éstos, nos sumerge en una dinámica cronológica con un ritmo progresivo: “Un mes más tarde”, “Martes”, “Jueves”, “Sábado”, “Lunes” y “Miércoles”, finalizando con “8 de la mañana” y “4pm”



El controvertido cineasta creó con The Shining una obra de culto, objeto de multitud de  estudios subjetivos de su variada temática, una idea que seguramente estuviese en la mente del director desde que se encontraba en la fase de guión. Para unos una pieza esencial de estudio en la historia del cine, para otros una simple película de terror, lo cierto es que Kubrick quiso experimentar el rodaje de un film con temática de thriller, alejándose de las convenciones que éste proponía, e introduciendo su sello personal, apostando por un miedo más psicológico que visual, e introduciendo cantidad de temas relacionados con el misticismo y numerosos símbolos que dejan al espectador un camino libre para especular acerca de la intención o no de tratar otros temas que nada están relacionados con el argumento de la obra, pero que obsesionaban a Kubrick de tal manera que quiso contar al espectador su preocupación por ellos lanzando un mensaje que abriese un debate. Fuese o no ésta la intención del director, el film se ha convertido con el paso de los años en una obra admirable por todos los que integran el sector audiovisual y concretamente el cinematográfico, actuando como un punto de inflexión en la manera de hacer y contar historias con la cámara.









domingo, 26 de mayo de 2013

Crítica "Gran Torino" Clint Eastwood

GRAN TORINO


TITULO: Gran Torino
AÑO: 2008
DURACIÓN: 119min
PAÍS: EE.UU
DIRECTOR: Clint Eastwood
GUIÓN: Nick Schenk
MÚSICA: Kyle Eastwood, Michael Stevens
FOTOGRAFÍA: Tom Stern
REPARTO: Clint Eastwood, Christopher Carley, Bee vang, Ahney Her, John Carroll, Lynch, Cory Hardrict, Brian Haley, Geraldine Hughes, Dreama Walker, Brian Howe, Doua Moua, Sarah Neubauer, Chee Thao
GÉNERO: Drama, racismo




“UNA CLASE MAGISTRAL DE VALORES”

            Tras un proyecto de la grandeza de “El intercambio”, Clint Eastwood rompe con su promesa de no volverse a colocar delante de las cámaras. Pero en este caso, parece que el personaje escrito por Nick Schenk no podía interpretarlo otro de la misma manera y tan fiel al estilo del personaje como lo ha sido el director de la obra.
            Si bien la ya citada obra “El intercambio” destaca por su grandeza, “Gran Torino” lo hace por su sencillez, que se convierte en la mejor característica de la obra para acercarse más al espectador y transmitirle los valores que pretende Nick Schenk desde su guión.

            Clint Eastwood abandona los dos géneros que le proporcionaron un lugar en el cine, como son el western y el thriller, convirtiéndose el personaje de Walt Kowalski en acto metalingüístico de repaso a todos los personajes a los que Clint Eastwood ha dado vida.

Walt Kowalski, personaje al que da vida el actor/director Clint Eastwood, es un veterano de la guerra de Corea (1950-1953). Obrero jubilado del sector del automóvil. La historia comienza cuando Walt queda viudo. Durante la misa fúnebre de la esposa, se nos presenta la extraña relación que Walt posee con su hijo y con su nieta. Una relación que bien podría pasar por la misma que la de dos familias desconocidas. Un hijo que no se preocupa apenas por su padre, y un padre que no sabe nada de la vida de su hijo y de su nieta.  Una relación que se ha ido enfriando con el tiempo y que parece estar condenada a desaparecer tras la muerte de la esposa de Walt.



Con este conflicto se nos presenta la importancia del valor familiar y de cómo la dejadez puede acabar por convertir a padre e hijo en dos desconocidos que se encuentran en el funeral de la que ha sido la mujer más importante de sus vidas, según la describe Kowalski.

El gran Torino del 72 se convierte en el elemento central de la película, convirtiéndose en vehículo que conduce a tratar temas como el cambio de época, el respeto, la amistad, la familia, etc. El gran Torino es el único contacto que a kowalski le queda con aquellos tiempos en los que su personaje está estancado

Walt Kowalski es un viejo gruñón al que le cuesta trabajo asimilar todos los cambios que se están produciendo a su alrededor, especialmente la llegada de inmigrantes asiáticos a su barrio. Una familia de Hmong, vecino de Kowalski, se ven sumergidos en un problema cuando una banda callejera asiática intenta que Thao, el menor de la familia Hmong, para cumplir con su “ceremonia de bautizo”, que no es más que la aceptación del joven a la banda, robe a su vecino el gran Torino del 72, lo que se convierte en un fracaso cuando el señor Kowalski sorprende al joven inocente en su garaje intentando robarlo.

Las bandas callejeras se convierten en el epicentro de todos los problemas a los que se enfrenta Kowalski durante el filme. Se nos presenta una segunda banda callejera, de negros del barrio, que intentan imponerse sobre la hermana de Thao. Kowalski no soporta las injusticias y ayuda a la hermana de Thao a librarse de estos negros. La hija de los Hmong a partir de éste momento regala al señor Kowalski todo el cariño que sus hijos no le dan.

El valor de la tradición familiar y del respeto y agradecimiento se muestran a partir de este momento en el que Kowalski ayuda a la hija de los Hmong, acercándose casi diariamente éstos a la puerta del señor Kowalski a dejarle grandes banquetes de comida y flores.



Kowalski es invitado por la hija de los Hmong a una reunión familiar, en la que el chamán de la familia hacer a Kowalski replantearse su vida, su existencia, mostrándole todos sus demonios. Kowalski no vive en paz por todas las atrocidades que cometió en Corea.

Es entonces cuando la familia de los Hmong pone a disposición del señor Kowalski a su hijo Thao durante dos semanas para que trabaje para él y así estar en paz por el incidente del intento de robo del Gran Torino. Al principio, Kowalskii se niega, pero acaba comprendiendo la importancia de la tradición para la familia de los Hmong y accede . Es aquí cuando comienza la relación de Kowalski con Thao. Una relación de amistad verdadera, cuasi de padre e hijo, en la que Kowalski enseña a Thao todos los valores que para él son importantes. Mediante esta amistad, Kowalski se enfrenta a sus miedos e intenta remendar de alguna manera sus actos. Esta relación les unirá cada vez más hasta llegar al nivel de confianza que sólo las grandes amistades poseen. Mediante esta relación, Clint Eastwood explica la importancia de la amistad y de la confianza.



Una figura importante en el film es la del Pater, personaje con el que Kowalski mantiene un dilema desde el fallecimiento de su esposa, cuando el Pater persigue a Walt a todos lados, intentando cuidar de el, como le prometió a su difunta esposa, y que se resuelve al final de la obra.

 Walt Kowalski se enfrenta a la banda asiática en defensa de Thao, al que persiguen y discriminan por no entrar en la banda, usando la violencia y el desprecio como arma principal. La banda asiática, como respuesta a la llamada de atención de Walt, capturan y violan a la hija de los Hmong, lo que supone una responsabilidad para Walt, y por la que está dispuesto a reaccionar, porque no permitirá vivir con eso, atormentándole la conciencia como ya lo hacen las atrocidades que cometió en Corea.

El señor Kowalski se confiesa antes de tomarse la justicia por su mano, y lo hace dos veces, una falsa ante el Pater,  y otra verdadera ante su amigo Thao, al que deja encerrado para que no cometa ningún error.



Walt Kowalsi sacrifica su vida para hacer justicia ante el hecho tan atroz que la banda ha cometido, pero también para poder estar en paz con el mismo. El personaje al que da vida Clint Eastwood fallece, y el público ha aceptado esto de buena mano, ya que en obras anteriores como “El seductor” y “El aventurero de medianoche” con final idéntico, habían fracasado.

El filme abre y cierra con un funeral, al comienzo el de la esposa de Kowalski, y al final, el del propio Walt Kowalski, resolviendo así el dilema que mantenía con el Pater sobre la vida y la muerte.


Gran Torino, sin duda, es un ejemplo de valores morales, donde la importancia de la familia y de la amistad juegan un papel muy importante. Clint Eastwood continua creciendo cinematográficamente y esperemos que nos sorprenda con muchos más títulos como éste, cargados de temas tan sugeridos en la actualidad y tan importantes para uno mismo.


Crítica "La clase" (Entre les murs) Laurent Cantent

LA CLASE

TÍTULO ORIGINAL: Entre les murs
AÑO: 2008
DURACIÓN:128 min
PAÍS: Francia
DIRECTOR: Laurent Cantet
GUIÓN: François Bégaudeau, Robin Campillo, Laurent Canten
FOTOGRAFÍA: Pierre Milon
REPARTO: François Bégaudeau, Nassim Amrabt, Laura Baquela, Cherif Bounaïdja Rachedi, Juliette Demaille
GÉNERO: Drama, enseñanza, adolescencia

“LA LUCHA POR LA EDUCACIÓN”

La clase es una película inspirada en la novela “Entre les murs”, de François Bégaudeau, que a su vez es protagonista de este film, que describe el desarrollo de un año escolar en un aula donde distintos adolescentes conviven con sus profesores diariamente, centrándose en su relación con el profesor al que “interpreta” François Bégaudeau, y lo marcamos entre comillas porque éste es profesor en la vida real, de hecho, la mayoría de experiencias que ocurren en su novela y que vemos reflejadas en la película, ocurrieron en la vida real, se trata de experiencias reales de François en su experiencia como profesor. Aunque alguna que otra escena añadida de la película no sucedió en la realidad, como por ejemplo la de la agresión que protagoniza uno de los alumnos.

François Bégaudeau, aparte de su vida activa como profesor, dedica su tiempo a la escritura, ha publicado varias novelas y ejerce la crítica cinematográfica en Cahiers du cinema. Su novela “Entre les murs”, que inspira la película, es su tercera novela, publicada en 2006 y premiada con el Prix France Culture.



            La película ante todo es la crónica del día a día en una clase, un grupo de adolescentes de entre 14 y 15 años que trabajan entre cuatro paredes durante un años escolar, mezclando tanto momentos de gracia como de mezquindad. Su profesor de lengua, al que da vida François, intenta hacerles partícipes a todos, sin realzar a unos y menospreciar a otros, procurando sacar lo mejor de cada uno de sus alumnos y luchando por conseguir un ambiente de estudio divertido e inteligente.

             Laurent Cantet, el director del film, es hijo de profesores de instituto, y ya desde sus primeros cortometrajes analizaba temas de gran profundidad social como la lucha de clases o los conflictos familiares.

            Los adolescentes que dan vida al alumnado de la clase de François, también son estudiantes de instituto en la vida real. Un grupo de adolescentes a los que Lauent Cantet fichó y tras un año de ensayos y preparativos comenzó a rodar. Jóvenes de origen Subsahariano, chino, francés y magrebí que trabajaron en un taller de arte dramático junto a sus profesores y padres durante la preparación de la película, ganadora de la Palma de Oro en el festival de Cannes.

            El film se acerca mucho al estilo documental, tanto en la narrativa como en la técnica, y quizás sea reflejo de la naturalidad que aportan las escenas y los propias actores, al ejercer sus roles tal y como lo hacen en la vida real, y es que las fronteras entre la ficción y la realidad están cada vez menos claras. El cine con su empeño de acercarse a la realidad formula mediante historias construidas con imágenes, una serie de preguntas que se plantea la sociedad, sin intención de dar respuesta, sino de acercar los temas a la sociedad y hacer a los espectadores participes de discusiones actuales sobre diferentes problemas sociales actuales que suceden en la vida real.



            La diversidad cultural que presenta una clase como la del filme, hace a los alumnos ser personas más abiertas y tolerantes ante el problema del racismo, sin embargo, esta convivencia de adolescentes de distintas nacionalidades en los institutos puede derivar en problemas de entendimiento de otras culturas y costumbres. Este tipo de malentendidos culturales se viven en la mayoría de las escenas de la película, actuando François como mediador, haciendo entender a los alumnos que el entendimiento debe ser mutuo para no llegar a situaciones conflictivas.

            El reparto artístico que Laurent Cantet no ha podido ser mas acertado, pues queriendo realizar un producto de ficción que se acerque y plantee situaciones que se dan en la vida real, quien mejor que los propios alumnos y profesores que viven estas situaciones día a día. Aunque la etapa de la adolescencia en general es difícil, supongo que usarla en el cine debe ser aún más difícil, y más aún cuando se trata de un alumno al que le dicen que en su instituto se va a rodar una película y que quieren que sean ellos mismo los actores, y no ha sido por vocación propia, pero creo que no ha podido dar mejor resultado. El año de preparación que Laurent ha tenido por delante con estos alumnos a conseguido sacar la mejor faceta interpretativa de ellos sin perder esa naturalidad que se puede a veces palpar en el filme.

            Lo mismo ocurre con François Bégaudeau, un profesor en la vida real, el cual durante el rodaje del film toma a esos inexpertos actores como sus alumnos reales, a los que transmite su filosofía del aprendizaje, nadie es mejor que el que está a su lado, cada uno tiene un don para algo, y el camino para encontrar eso que se nos da bien es el aprendizaje y la educación.

            Todo esto hace que el filme goce de esa frescura y naturalidad de la que hablábamos al comienzo de esta crítica, y que proviene de las actuaciones de estos actores amateurs, que nos transportan al interior del aula con ellos, haciendo partícipe al espectador de esa crónica, de tal manera, que a la mitad de la película pareciera que son compañeros nuestros de clase, y François nuestro profesor más apreciado.

            Los aspectos técnicos aportan a la película gran parte de esta característica documental que posee. Una iluminación neutra, sin grandes contrastes ni diferencias tonales, predominando el blanco. La iluminación de las clases reales de instituto en el interior de las aulas suele ser una luz blanca, procedente de los tubos fluorescentes, que dan neutralidad a un espacio, iluminando todo por igual sin resaltar unas zonas más que otras; pues así es en la película, un cuadro de luz que se asemeja bastante a esta luz neutra de las aulas reales, y que es un factor importante que ayuda a trasladarnos al interior del aula, transmitiéndonos realidad y naturalidad. Sin embargo, existen un par de escenas en las que la iluminación es un poco diferente, cambiando la tonalidad para justificar la luz de un atardecer, como por ejemplo cuando François se reúnen con los padres para evaluar el comportamiento de sus hijos; o cuando se dan las reuniones entre profesores, también predomina una luz más cálida. En definitiva, la película no destaca por su fotografía, pero es un aspecto justificado que aporta la realidad que el director buscaba.



            A lo largo del filme apreciamos constantemente el uso de la elipsis. Un uso más que justificado para poder resumir un curso escolar completo, sin embargo estos saltos de tiempo están organizados y no rompen en ningún momento con la continuidad de la película y con su narrativa.

            Una desventaja, que afecta a la mayoría de las películas de habla no española  y que en esta hace gran mella, es el doblaje. Para los que hemos visto la película doblada al español, enseguida nos damos cuenta de lo mucho que pierde tanto en intencionalidad, como en la esencia del filme. Esto resta bastante naturalidad y frescura de la que hablábamos antes. Sin embargo esto solo ocurrirá en los países donde aún se doblen las películas. La clase es un filme que hay que visionar en versión original para que podamos percibir por completo esa intención documental que Laurent quiere transmitirnos.

            Tres personajes adolescentes destacan con su actitud de todos los demás que componen la clase. Suleymane, un adolescente que se esconde en sí mismo, creándose una coraza contra todos los demás, siempre toma una actitud defensiva y que no le gusta relacionarse. Es un personaje que tiene una evolución ascendente en la película, pareciendo al comienzo uno más entre los adolescentes, convirtiéndose a medida que avanza la película en el centro de la historia familiar que se presenta.  Hacia el final del filme, Suleymane protagoniza una escena por la que es expulsado y, tal vez, deba regresar sin desearlo a su país de origen, Malí. Suleymane representa como influyen las dificultades familiares en el aprendizaje y la educación de un adolescente en el instituto.



Otro personaje importante es el chico que llega a mitad de curso, el cual personifica las dificultades de adaptación, por diferencia cultural y por mantener ideas, hábitos y costumbres diferentes. Dichas diferencias provocan el conflicto con Suleymanede en un momento del filme.



El tercer adolescente es la chica que se acerca a final de curso a François y le dice que no ha aprendido nada y que no quiere estudiar. Ésta adolescente puede generar varias opiniones. Por un lado, puede parecer la adolescente que no tiene interés en seguir estudiando, no le encuentra sentido al aprendizaje y no le encuentra utilidad a todo lo que en el instituto se aprende. Por otro lado, esta adolescente puede seguir en la línea de representar como afectan los problemas familiares a la educación de los adolescentes. Puede entenderse, por la gesticulación y la expresión de la adolescente, que lo que dice va en contra de su voluntad, es decir, que en su familia pudiera pretender cesar los estudios de su hija para que ésta se ponga a trabajar, por lo que la convencen de lo que tiene que decir a su profesor para que no se asombre cuando deje el instituto para ponerse a trabajar.



            La clase es una lucha entre los muros del lenguaje institucional y del lenguaje inmaduro de los jóvenes. Ambos están hechos de costumbrismos y ésta crónica nos enseña que sólo mediante el diálogo y el entendimiento y respeto entre ambos muros del lenguaje, se consigue transmitir de una manera inteligente y eficaz los conocimientos de un profesor a un grupo de adolescentes que se encuentran perdidos en una de las etapas más cruciales de la vida.

            Ésta película también nos muestra la lucha de un profesor por la educación de sus alumno, cuando el resto de profesores parece tener asuntos más importantes que la educación de sus alumnos, como en una escena concreta del filme, donde se encuentran reunidos los profesores evaluando la actitud de cada alumno, y de repente el precio de la maquina del café de la sala de profesores se vuelve más importante y tiene más prioridad ante la solución, que la propia educación de los alumnos. Esto es un tema que puede asustar y parecer arrogante por parte de un profesor, pero la realidad es así. Sin embargo, François no deja en ningún momento de luchar por que sus alumnos aprendan, ya que quiere lo mejor para ellos, que será también lo mejor para él.